Cómo manejar la inseguridad si no te gusta lo que ves en el espejo

La autoestima es uno de los pilares fundamentales de nuestra personalidad y saber gestionarla de manera correcta puede cambiar tu actitud ante la vida.

Cuando pensamos en una persona exitosa, normalmente la idealizamos con una vida llena de aventuras, relaciones personales fructíferas, bienes materiales, una carrera profesional triunfadora, y sobre todo, que no tienen problemas de forma habitual, y en caso de que así fuera, que los sabrían afrontar con positividad.

Aquí caemos en el error de pensar que esto es la realidad, que este tipo de perfil no solo sabe gestionar los inconvenientes, sino que disfruta haciéndolo. Es entonces cuando entra en juego la frase de «las comparaciones son odiosas», la costumbre de hacernos de menos y las inseguridades.

La gestión de todo esto, estés en un lado de la balanza o en el otro, es tener una buena autoestima. Estos efectos se pueden ver de forma diaria en todas las situaciones y prácticas a las que nos enfrentamos. Es una característica que puede marcar el rumbo de nuestra vida, y solo nosotros somo capaces de trabajarla, mejorarla y potenciarla. Aquí te dejamos algunos consejos para que comiences a hacerlo.

Hablarnos bien

Muchas veces tenemos la fea costumbre de comunicarnos con nosotros mismos de una forma muy dura, incluso vejatoria. Nos tratamos mal y eso lo único que hará es ir en detrimento tuyo y de tu seguridad personal. Por ello, tienes que mimarte y respetarte.

Es muy habitual cuando nos sale algo mal decir frases como «qué inútil eres», que muchas veces no solo se quedan en nuestra cabeza, sino que las llegamos a verbalizar, siendo aún más reales. Esto si lo haces con frecuencia, puede llegar a convertirse en una mala costumbre.

La técnica del espejo

Es una técnica muy utilizada en psicología para que sepamos entender, valorar y trabajar nuestra propia autoestima. El primer paso es ponerte en frente del espejo durante unos minutos para observarte y analizarte, con el fin de mejorar el autoconcepto y la valía personal.

En ese momento lo primero que harás es fijarte en todos los aspectos negativos que no te gustan de tu cuerpo, pero tú cogerás papel y lápiz y solo apuntarás todas aquellas cosas que te parezcan positivas o te gusten de tu físico. Hazte preguntas a ti mismo tipo como «¿Qué ves en el espejo?» o ¿Qué es lo que más te gusta de la persona que tienes enfrente?», e intentar responder mirándote con buenos ojos.

No tengas vergüenza de expresar tus emociones

Igual que es bueno reír de vez en cuando, también es muy sanador llorar, y no por ello significa que seas más débil. Es algo natural, que en ocasiones demanda el cuerpo, y que no podemos evitar. Permítete ser vulnerable y exteriorizar aquello que sientes de forma madura y sobre todo sana, nunca castigándote o echándote la culpa, ya que entonces no servirá de nada.

Sal de tu zona de confort

Si tu inseguridad hace que te bloquees y dejes de hacer cosas por vergüenza, hazlas. Es la mejor forma de trabajar tu autoestima y de demostrarte a ti mismo que sí que puedes realizarlas. Que el miedo no te paralice, ya que una vez comiences a superar desafíos, te darás cuenta de que nada en la vida es tan difícil como parece.

Fuente: Mujer Hoy

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