6 cosas que un niño nunca olvida de un padre ausenteTDAH: su relación con el fracaso escolar y el riesgo de adicción a las drogas6 cosas que un niño nunca olvida de un padre ausente

• El TDAH aparece en un porcentaje de entre el 7 y el 9 % de toda la población infantojuvenil

• El consumo de esta vitamina es clave para mejorar y fortalecer la memoria

Desde hace años sabemos de la necesidad de diagnosticar y tratar los trastornos del neuro desarrollo (que engloban el TDAH, las dislexias, los problemas con el lenguaje y el cálculo matemático y los trastornos del espectro autista), los cuales afectan aproximadamente a uno de cada cinco alumnos.

En los datos publicados por el Departament de Educació de la Generalitat de Catalunya sobre el curso académico 21-22, aproximadamente el 17% de los estudiantes acabaron los estudios obligatorios con un fracaso escolar. A eso se suman los datos de la alta tasa de abandono prematuro (16,5% en alumnos de familias españolas y del 25 al 30% en alumnos de origen inmigrante).

En los estudios publicados por los grupos de trabajo del Hospital Vall d’Hebron y el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, se cuantifican los bajos índices de detección y tratamiento tanto en las escuelas públicas como en las concertadas (Bosch et al.,2021) y las consecuencias sobre el fracaso académico, las dificultades para acceder al mercado laboral y los problemas de conducta y el riesgo de padecer un trastorno de adicción a las drogas (Pagerols et al.,2022)

El TDAH aparece en un porcentaje de entre el 7 y el 9 % de toda la población infantojuvenil. El diagnóstico es más sencillo si se trata de los casos donde predominan los síntomas de hiperactividad, aunque son también los que causan más conflictividad familiar y escolar. Los casos en los que predominan las dificultades atencionales y no se da el componente de la hiperactividad han sido tradicionalmente confundidos con niños gandules y perezosos.

Sus dificultades para seguir el ritmo de las clases hacen que frecuentemente desconecten, se aburran y molesten a los demás alumnos. Son frecuentemente castigados y su falta de resultados hace que se sientan desmotivados, tengan problemas de autoestima y acaben siendo víctimas de acoso escolar.

Múltiples síntomas nos pueden alertar de que un alumno padece TDAH

  • Dificultades para mantener la atención para atender y entender una explicación oral.
  • Olvido o frecuente desorganización de la agenda, los deberes y los materiales para el estudio.
  • Facilidad para distraerse con cualquier estímulo.
  • Problemas para mantener el esfuerzo para realizar las tareas. Frecuentemente se les intenta motivar con recompensas materiales, lo que los convierte fácilmente en “chantajistas”.
  • Inquietud motora (dificultad para estarse quieto, mover manos y pies cuando se está sentado…).
  • Interrupción frecuente en las conversaciones, hablar sin permiso o con un tono de voz demasiado alto.
  • Problemas para controlar sus emociones, especialmente el control de la ira y con dificultad para aceptar la frustración.

Tratamiento del TDAH

Hay una relación directa entre el tratamiento psicofarmacológico adecuado del trastorno y la disminución de la posibilidad de fracaso escolar. De hecho puede darse una mejora espectacular de las notas y una reducción de los conflictos intrafamiliares aunque es imprescindible un apoyo psicológico, ya que en muchos casos se ha producido una estigmatización en el entorno académico por los problemas de comportamiento y una falta de autoestima por los suspensos, la necesidad durante años de tener refuerzo escolar que impide la realización de otras actividades extraescolares más placenteras y la sensación de ser distintos a los demás por la necesidad de tomar una medicación.

De la experiencia clínica sabemos de la importancia de explicar al/la adolescente qué es lo que le pasa, resolver las frecuentes dudas sobre la medicación y, sobre todo, hacer una supervisión muy cercana de los efectos de la medicación para maximizar los beneficios y anticipar la posibilidad de algún efecto secundario (que será menos frecuente si se hace una escalada progresiva de las dosis de los medicamentos que han demostrado eficacia y seguridad).

Los primeros éxitos derivados del tratamiento serán determinantes para recuperar la confianza en uno mismo y replantear los objetivos académicos, que pueden ser todo lo ambiciosos que se quieran cuando se minimiza la distorsión derivada de los problemas atencionales, la hiperactividad y la impulsividad, que mejoran por la medicación y la psicoterapia de apoyo.

En paralelo, el tratamiento reduce claramente el riesgo de desarrollar un trastorno por uso de sustancias (TUS). Serán con las habituales en los adolescentes, el cannabis y el alcohol, pero de forma más específica hay un mayor peligro para experimentar y engancharse con las substancias estimulantes más fácil de conseguir como la cocaína y el speed (un derivado de las anfetaminas).

Las drogas activadoras pueden provocar paradójicamente un efecto calmante, focalizar la atención y que puede dar inicialmente la sensación de mejorar la capacidad de realizar actividades intelectuales pero la adulteración de esas drogas ilegales dará lugar a resultados muy inferiores a los que se pueden conseguir con los medicamentos que utilizamos en la clínica.

Además, prácticamente no hay un riesgo de mala utilización de la medicación estimulante, sobretodo con el metilfenidato de acción retardada en los casos de pacientes que padecen de forma clara el TDAH. Solo en los casos en los que no era cierto el diagnóstico se mal utilizan los medicamentos prescritos, buscando el efecto euforizante de los estimulantes que no se da en los TDAH bien diagnosticados.

Por último, recordar la importancia de realizar de forma regular actividad física, ya que es una forma de quemar el exceso de energía que no se sabe canalizar y que, reconvertidos en deporte, pueden promover formas sanas y divertidas de aprovechar esa fuerza y ese impulso. Hay que probar actividades creativas para dar salida provechosa al caudal de las capacidades imaginativas, rupturistas, el pensamiento lateral que explora nuevos caminos que son la parte más especial y provechosa de los cerebros hiperestimulados de los TDAH y que no desaparecen, sino que se hacen más eficaces con un tratamiento bien hecho.

Sobre el autor

Hablamos del Dr. Xavier Fàbregas, fundador y director médico de Mas Ferriol
Instagram: @centromasferriol
Web: www.masferriol.com

Fuente: mundodeportivo.com

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