La clinofilia, también denominada clinomanía, es una conducta no demasiado conocida que, sin embargo, no resulta tan rara como en un principio podamos pensar. Hablamos de la tendencia de aquellos a los que les cuesta salir de la cama sin que padezcan ninguna enfermedad de tipo físico que explique esa actitud.
Comprendemos un poco mejor qué es la clinofilia y que hay detrás de este comportamiento que, en un principio, puede que no nos parezca tan raro.
¿Qué es la clinofilia?
La clinofilia es una conducta nerviosa que conduce a quien la padece a no querer levantarse de la cama y permanecer tumbado en ella el mayor tiempo posible. Donde podemos detectarla con más frecuencia es en aquellas personas que presentan estados depresivos o padecen esquizofrenia, pero no son los únicos casos en los que esto es así. De hecho, la clinofilia suele presentarse como síntoma de diversos problemas psicológicos o trastornos mentales.
Así pues, hemos de tener claro que hablamos de un problema nervioso. Por ello, no debemos confundirla con la pereza o las ganas de descansar tirados en la cama durante horas de cuanto en tanto en medio de nuestra rutina, cuando pasamos largas jornadas de trabajo levantándonos muy temprano. En estos casos es normal que el fin de semana o los días festivos, remoloneemos en cama, pero esto no tiene nada que ver con la clinofilia.
Cuando hablamos de clinomanía, la tendencia a permanecer tumbado conlleva la ausencia de ganas o de energía para hacer absolutamente nada, de tal manera que raya en la obsesión y termina afectando a la vida profesional y personal.
Síntomas de la clinofilia
Querer pasar todo un día en la cama porque has tenido una semana muy intensa de trabajo, repleta de compromisos sociales, no significa que padezcas clinofilia. Para identificar este problema han de darse otra serie de síntomas. Los más comunes son la tristeza, la desmotivación y/o el sentimiento de culpa, así como problemas familiares o en el trabajo, puesto que quedarse en la habitación es una forma de protegerse del exterior y de evitar relacionarse con el resto de las personas.
Las ganas de querer estar acostado en la cama son constantes para aquel que tiene clinofilia, quien también sufre cambios frecuentes de humor y siempre quiere estar solo, además de llegar a obsesionarse por todo aquello que tiene que ver con la decoración y estética de su lecho: las colchas, los cojines, las almohadas… En su cabeza está constantemente deseando tumbarse entre ellos. Incluso pueden presentarse síntomas de anestesia emocional, con falta de emociones y de sensibilidad hacia cualquier cosa que le rodea.
De igual modo, es frecuente que quien tenga un problema de clinofilia padezca insomnio, puesto que al no tener actividad física diaria no se agota lo suficiente como para poder dormir de forma placentera y reparadora. Todo ello conlleva sentimiento de culpa, por no estar realizando la vida diaria como todo el mundo, y baja autoestima, con pensamientos negativos sobre uno mismo. En conjunto, quien presenta esta conducta sufre de un intenso malestar emocional.
Causas de la clinofilia
Entre las causas más frecuentes que provocan clinofilia se encuentran los problemas de tipo psicológico. Cuando uno cae en una depresión o le cuesta sobrellevar el duelo, puede tener esta tendencia a querer aislarse del mundo en su cama, no levantarse y no hacer nada, además de sentirse sin energía para ello.
Pero también lo producen las situaciones de elevado nivel de estrés, cuando alguien siente que todo le supera, puesto que una reacción muy humana es querer esconderse del mundo en tu propia cama. Al igual sucede con la ansiedad, sobre todo aquella que es de índole social, puesto que quien la padece busca el aislamiento y la soledad.
En cualquiera de los casos, si padeces cualquiera de estos problemas o si crees que pueden afectarte a ti o a tus seres queridos, lo mejor es que consultes a un profesional para que pueda orientarte al respecto y ayudarte con esta conducta nerviosa.
Tratamiento de la clinofilia
La clinofilia puede tratarse a través de una terapia psicológica adecuada. Esta es de tipo conductual, aunque también se trabaja en un cambio de creencias y se ofrecen distintas estrategias para poder afrontar la situación que se está viviendo y que contribuye a ese deseo de aislamiento y de no querer salir de la cama.
De tal modo, se va consiguiendo que el paciente vaya poco a poco recuperando la normalidad, al ir incorporando determinadas actividades a la vida diaria, además de lograr que se adquieran otros puntos de vista a la hora de afrontar los problemas y no percibir lo que nos rodea como un entorno hostil.
Fuente: publico