El trastorno dismórfico corporal, mejor conocido como dismorfia corporal, es una enfermedad mental en la que no se puede "dejar de pensar en uno o más defectos percibidos o defectos en la apariencia, un defecto que parece menor o que no puede ser visto por los demás", según la Clínica Mayo.
En ese sentido, los expertos explican que el hecho de que este defecto pueda no ser grave, la persona con dismorfia puede sentirse sentirse avergonzada, intimidada y ansiosa por él.
Cuando una persona tiene este trastorno se enfoca intensamente en su apariencia e imagen corporal, "revisas repetidamente el espejo, te aseas o buscas tranquilidad, algunas veces durante muchas horas al día".
De acuerdo con la Clínica, este defecto percibido y los comportamientos repetitivos causan un sufrimiento emocional significativo y repercuten en la capacidad de desenvolverse en la vida diaria.
(Además: No es mito: los graves riesgos de abrir una nevera cuando se está acalorado)
El trastorno dismórfico corporal puede ser tratado con terapia cognitivo-conductual, según Mayo, y este tratamiento puede incluir el uso de medicamentos.
"No se sabe específicamente qué causa el trastorno dismórfico corporal. Al igual que muchas otras enfermedades de salud mental, el trastorno dismórfico corporal puede ser el resultado de una combinación de problemas", dice la Clínica.
Entre ellos los antecedentes familiares del trastorno, evaluaciones o experiencias negativas sobre el cuerpo o la imagen de uno mismo y una función cerebral anormal o niveles anormales de la sustancia química cerebral llamada serotonina.
Síntomas
Es importante tener presente que los trastornos mentales deben ser diagnosticados por profesionales de la salud y después de estudiar cada caso con detenimiento.
Dicho esto, la Clínica Mayo refiere algunos signos y síntomas que puede incluir la dismorfia corporal, como la preocupación en exceso por los defectos imperceptibles.
También estar convencido de tener un defecto que hace a una persona fea o deforme, creer que los demás ponen atención especial en la apariencia personal de forma negativa o se burlan de ella.
Otros síntomas pueden ser los comportamientos dirigidos a arreglar u ocultar defectos, como mirarse frecuentemente al espejo o rascarse la piel, intentar ocultar esos defectos con maquillaje o ropa, comparar la apariencia personal con la de los demás y evitar situaciones sociales.
Aunque "la vergüenza y la pena por el aspecto pueden impedir que se busque tratamiento para el trastorno dismórfico corporal", este no mejora por sí solo, por eso lo mejor es buscar ayuda médica.
Fuente: eltiempo