Al hablar de terapia cognitiva conductual, lo primero es ver en qué consisten estos términos y el motivo por el cuál vamos a aplicar a un paciente este tipo de terapia.
Cuando hablamos de proceso cognitivo, nos referimos a los procesos mentales o capacidades de nuestro cerebro, que nos permite realizar acciones, como: razonar, hablar, pensar, prestar atención, entre otras y cuando hablamos de conducta es la acción o comportamiento que exhibe el individuo en su vida, como los hábitos, costumbres, respuestas ante situaciones, etc.
Cuando aplicamos la terapia cognitiva conductual es porque el paciente presenta distorsión cognitiva, que es la manera errónea del pensamiento y de procesar las informaciones, cuando ha sufrido un evento negativo en la vida y modificado su manera de pensar ante el temor de repetir dicho evento, generalización excesiva o minimización.
Generalmente cuando los pacientes padecen de distorsión cognitiva, tienden a crear barreras emocionales en las relaciones interpersonales sintiéndose acusados sin motivo, piensan por los demás, hacen afirmaciones en base a sus pensamientos y no a la realidad, se aíslan de algunas personas, volviéndose selectivos. Se llenan de temores e indecisiones para realizar algunas acciones positivas u optan por no hacerlas porque los pensamientos negativos han sido interiorizados.
Los pensamientos son automáticos, pero cada individuo decide qué hacer con ellos, ya que lo ideal es desechar aquellos que sean negativos y ejecutar o accionar aquellos que son positivos.
• La terapia cognitiva conductual ayuda al paciente a ser consciente de los pensamientos distorsionados para que pueda ver las situaciones con mayor claridad y desde otro punto de vista resolverlas de manera eficaz.
• La terapia hace uso de herramientas, capaces de modificar los patrones de pensamientos que generan comportamientos que afectan al individuo en sus emociones y forma de actuar.
• En terapia, se lleva al paciente a identificar situaciones detonantes o problemas de su entorno, que le están afectando, para prestar atención a los pensamientos hasta convertirlos de automáticos en controlados.
• En terapia, logramos que el paciente se motive a modificar sus pensamientos mediante un registro de ellos, además de las acciones posteriores a la ejecución de los mismos, que serán siempre positivos y a la vez pueda medir sus avances, que se traduce en autovaloración.
También ayudamos a cómo desarrollar la empatía, la comunicación asertiva y mejorar sus relaciones interpersonales, consigo mismo y su entorno en general.
