El 75% de los trastornos mentales se presentan o tienen su origen en la adolescencia que es una etapa importante para el desarrollo de hábitos sociales y emocionales para el bienestar mental.
Los adolescentes padecen cambios emocionales con frecuencia entre los que se encuentran trastornos de ansiedad que se manifiestan como ataques de pánico o preocupaciones excesivas. Se calcula que el 3,6% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 4,6% de los de 15 a 19 años padece un trastorno de ansiedad. También se calcula que el 1,1% de los adolescentes de 10 a 14 años y el 2,8% de los de 15 a 19 años padecen depresión. La depresión y la ansiedad se reflejan en síntomas parecidos como cambios rápidos e imprevistos en el estado de ánimo.
La ansiedad y los trastornos depresivos pueden llegar a producir miedos e inseguridades que bloquean el desarrollo de su vida normal y puede repercutir en la asistencia a la escuela, los estudios y otras responsabilidades académicas.
Cambios que se producen en el cerebro adolescente
La adolescencia es una época en la que el cerebro está cambiando, está madurando y las conexiones se están reorganizando de tal forma que se recortan las conexiones que no se usan para fortalecer las que sí.
Durante la adolescencia, el cerebro frontal, especialmente la corteza prefrontal, experimenta un desarrollo significativo. Esta área del cerebro está involucrada en funciones ejecutivas como la toma de decisiones, la planificación, el autocontrol y la evaluación de riesgos, lo que permite mejorar sus habilidades para tomar decisiones y controlar sus impulsos. Además, el cerebro se adapta mucho mejor al aprendizaje y a los cambios, lo que supone un importante desarrollo en las habilidades cognitivas, emocionales y sociales.
Los adolescentes son más propensos a buscar experiencias emocionantes y tomar decisiones impulsivas. El desarrollo del sistema de recompensa juega un papel importante en la formación de la identidad y la exploración de nuevas actividades. Además, el cerebro manifiesta cambios que afectan a la percepción social y la empatía. La necesidad de pertenecer a grupos y la influencia de los amigos son aspectos importantes del desarrollo social durante la etapa adolescente.
A medida que el cerebro se desarrolla durante la adolescencia, los menores tienden a buscar una mayor independencia y autonomía. Esto está relacionado con la maduración de las áreas cerebrales que les permiten tomar decisiones y planificarse el futuro.
Las nuevas tecnologías no siempre son la causa
Cuando se nombra al colectivo adolescente y a sus problemas, de las primeras cosas que se vienen a la cabeza son que el origen de su comportamiento está en las redes sociales y las nuevas tecnologías, pero se ha comprobado que esta problemática se remonta a mucho más atrás.
La incidencia de las redes sociales todavía se está estudiando ya que hay más factores que influyen en la salud mental de los jóvenes y de los no tan jóvenes, pero la maduración del cerebro durante la adolescencia también afecta el procesamiento emocional ya que pueden experimentar emociones intensas debido a la interacción de las regiones emocionales y la corteza prefrontal en desarrollo.
Por lo que respecta a las nuevas tecnologías, los expertos aseguran que hay que gestionarlas y gestionar el tiempo de uso, pero para ello, dicen, "hay que predicar con el ejemplo". Otro de los aspectos que también llama la atención en el tema de la salud mental de los menores es que las conductas perjudiciales para la salud solían darse en familias desestructuradas y con ingresos bajos.
Sin embargo, un estudio elaborado en Australia cuyos resultados obtenidos casualmente han coincidido con datos similares recabados en encuestas elaboradas en EEUU ha demostrado que muchos de los jóvenes que manifestaron cuadros de ansiedad y depresión venían de familias que estaban pasando por buen momento económico.
La adolescencia es una etapa de cambios y aunque parezca que ya tienen edad para ir solos, es cierto que todavía necesitan notar a sus padres cerca porque les hace sentir seguros y acompañado en los momentos en los que algo ha ido mal.
Fuente: Diario de Sevilla