En contra de lo que muchas personas creen, dejar brotar las lágrimas nos reporta importantes beneficios
Llorar es un acto instintivo e involuntario que muchas personas tratan de reprimir por diversas razones. Tal vez porque las ganas de dejar salir las lágrimas lleguen en un momento inoportuno, o quizá porque las asocian con un gesto de debilidad y falta de autocontrol. No en vano, desde que somos pequeños escuchamos mensajes como “no llores, tienes que ser valiente”, “llorar es de bebés” o incluso sentencias como “llorar es de débiles” o “de cobardes”.
Pero nada más lejos de la realidad. Lo cierto es que el llanto es una excelente herramienta de liberación que nos reporta bienestar y nos ayuda a lidiar con emociones negativas. La psiquiatra y escritora Jean Kim relata en un artículo publicado en Psychology Today que “el llanto emocional es un comportamiento en gran medida exclusivo de los humanos y podría considerarse un paso adelante en la evolución, una consecuencia de una conexión más profunda con la tristeza y el duelo”.
Si bien la psiquiatra tercia que a menudo se le asocia una mala reputación con connotaciones negativas, “el llanto puede relacionarse con una profunda empatía, una conexión mutua y sentimientos auténticos”. En palabras de Jean Kim, lloramos cuando vemos a otros sufrir, cuando necesitamos liberar tristeza reprimida; llorar nos proporciona una catarsis y una apertura para sanar y superar traumas. En concreto, la psiquiatra enumera tres circunstancias en las que llorar es especialmente beneficioso.
Empatía
El llanto puede sobrevenirnos en momentos en que sentimos empatía por el sufrimiento de otra persona, ya sea un ser querido o una escena de un libro o película. En estos casos, “llorar es un signo extremadamente positivo de la humanidad subyacente de una persona y de su capacidad para conectarse con las necesidades de los demás”, explica la psiquiatra. “También muestra voluntad de ser vulnerable, y si se hace frente a otros, aún más”, añade.Lee también
Liberación de estrés
Las pueden estar sometidas a mucho estrés y presión y, en estas situaciones, “un episodio de llanto es un momento catártico y una liberación para la acumulación de diversos factores estresantes no abordados”, dice la doctora Kim, al tiempo que insiste en que “es una forma más saludable de afrontar la situación que recurrir a algo más oscuro, como la violencia, la ira o la autolesión”.
Curación de traumas
Puede ocurrir que el episodio de llanto tenga lugar de forma inesperada, pero siempre hay algún desencadenante que lo precede. Estos son datos de valor para personas con traumas o conflictos no resueltos. “Llorar en estos momentos puede ser una pista valiosa de que ha enterrado algún dolor que puede resolverse hablando con un terapeuta u otra persona de confianza y comprensiva. Reflexionar sobre lo que te hace llorar puede desencadenar el crecimiento interno y la autoconciencia”, describe la psiquiatra.
Fuente: La Vanguardia