Adrián Neyra es psiquiatra del Programa de Patología Dual y Psicosis en el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín y profesor asociado en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
PorJose Carmona
La salud mental cada vez tiene menos miedo a ser mencionada en conversaciones públicas y guarda un espacio importante dentro del autocuidado que las personas llevan a cabo. Las generaciones más jóvenes no tienen reparos en reconocer la necesidad de ser tratados de cuestiones como estrés o depresión.
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Por su parte, Adrián Neyra, psiquiatra del Programa de Patología Dual y Psicosis en el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín y profesor asociado en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, es experto en el tratamiento de la depresión y el poder que tienen las adicciones en la salud mental. El alcohol, el tabaco y otras sustancias más duras como la cocaína o el cannabis son potenciadores de ciertos problemas de salud mental. El psiquiatra atiende a Infobae España después de su ponencia en el XXI Seminario de Lundbeck titulado La depresión ¿nace o se hace?
Pregunta: Dice que cuanto más se bebe, más síntomas de depresión aparecen.
Respuesta: Sí, hay una relación directamente proporcional. Cuanto más se bebe, más síntomas se pueden tener. Hay nueve síntomas de depresión y tienen una media de entre 8 y 9. Hay que tener cuidado porque las categorías de personas adictas graves van a tener depresiones más graves que les lleven a intentos de suicidio o cuestiones del estilo.
P: ¿Algún síntoma en particular?
R: Hay que tener cuidado, cuando se bebe y se está depresivo, con un síntoma llamado anhedonia. Es la ausencia de sensación de placer. La depresión suele durar un tiempo, así que eso puede durar algunos meses y puede llevar al suicidio, porque no se ve sentido a la vida, porque no se siente nada. Es un síntoma nuclear que aparece en muchos pacientes con problemas de alcohol.
P: Apunta que el 50 por ciento de personas con intentos de suicidio estaban medicadas. Se puede ser bien pensado y pensar que como tenías síntomas previos, te han recetado algo, pero puede haber otra lectura de que no son efectivos.
R: Hablamos de que la mitad de personas que se han intentado suicidar en España tenían recetados hipnosedantes, que no son tratamientos para la depresión, sino tratamientos para la ansiedad. Quizá reciban más de lo que necesitan, pero también puede ser eso, que sean pacientes más graves que necesitan otro tipo de tratamientos.
Adrián Neyra, psiquiatra del Programa de Patología Dual y Psicosis en el Hospital de Gran Canaria Doctor Negrín.
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P: Asegura que es erróneo tratar, por un lado, la depresión y por otro la adicción, hay que hacerlo todo a la vez. Pero no pasa, es una utopía.
R: El mundo de la Salud Mental deberíaaceptar las adicciones como un trastorno mental más y no los separe. Que no se pase al paciente a un equipo de adicciones sin tratar el trastorno mental también. Hay que aceptar las adicciones, pero se han separado de los trastornos y nos toca a los psiquiatras tratar esas patologías.
P: En su opinión, ¿Cuál es el mayor bulo o la mayor mentira que circula entre la gente sobre la salud mental?
R: La frase de soy fuerte y por eso no me deprimo. El concepto de fortaleza. Otra cosa es que no somos conscientes del daño que hacen sustancias como el cannabis, que se les llama drogas blandas porque no son adictivas, pero que el daño que pueden producir en adolescentes es alto.
P: ¿En su experiencia personal, cuántos pacientes que trata con depresión tienen detrás algún tipo de adicción?
R: Más o menos, la mitad de mis pacientes con depresión sufren trastornos de consumo de alcohol. También pasa con la cocaína, que la usan como autotratamiento, un estimulante para salir de la depresión. Además, la depresión hay que entenderla como una enfermedad crónica. Tiende a volver, si se ha tenido un episodio hay un 60% de posibilidades de tener otro y si has tenido dos, hay un 80% de posibilidades de un tercero.
A la sanidad pública te llega gente que está muy mal, en la privada hay más atención sobre reacciones sobre la vida diaria, pero porque ese paciente se la puede pagar. Pero en la sanidad pública, la salud mental no tiene espacios para la prevención, para evitar llegar a estar peor.
Fuente: Infobae